Últimamente, debido al rápido avance del COVID-19 en muchos países, las redes sociales se han visto inundadas por un sinnúmero de recomendaciones para protegernos del contagio, especialmente las relacionadas con la higiene personal y la de nuestros hogares. Poco se escucha, sin embargo, de la higiene mental, que tiene igual importancia en los tiempos que corren, porque es bien sabido que una mente envenenada por el miedo y la ansiedad, no solo abre el camino a cualquier tipo de enfermedad, ya que deteriora el sistema inmune y la autoconfianza, sino que cierra el de la salud, si se la pierde.
He aquí una serie de recomendaciones para mantener la higiene mental durante los próximos días:
Redes sociales. Lo primero es mantener la vigilancia sobre lo que nos llega a través de las redes sociales. Es evidente que nos seguirán llegando noticias desalentadoras, videos de personas enfermas o recuperándose. Es importantísimo alejar esas imágenes de nosotros porque no nos aportan ninguna otra cosa que no sea preocupación. Ya sabemos que el virus es peligroso, que lleva a la enfermedad y a la posible muerte, no es necesario seguir alimentando el fuego del miedo con más rostros expresando dolor.
Trabajar. Durante la cuarentena, sigamos ocupados, trabajemos en nuestros proyectos, ideemos nuevas formas de llevar a cabo el próximo paso con ilusión.
Compartir. Durante la cuarentena, provoquemos momentos de compartir especiales y memorables con nuestros familiares. Lean juntos, mucho. Entre todos, pongan en orden el hogar. Hagan un karaoke. Vean una película comiendo palomitas. Dibujen. Usen los juegos de mesa y apuesten abrazos.
Emociones. Vigilen las emociones que van experimentando. Las más frecuentes serán:
– Miedo. Miedo cuando vemos noticias desconcertantes, cuando se nos acaba la comida, cuando alguien nos toce cerca. El miedo querrá aplastarnos más que cualquier virus.
– Ansiedad. La ansiedad provocará síntomas que, incluso, se confundirán con los del CONVID-19. Presión en el pecho, sensación de ahogo.
– Ira. Notará que sentirá rabia por cosas nimias, asuntos sin importancia.
Para lidiar con todas esas emociones deberá, en primer lugar, estar presente, consciente. En segundo lugar, no luchar contra ellas, sino asumirlas y aceptarlas, porque están ahí por algo, y algo bueno. En tercer lugar, deberá aprender, si aún no lo sabe, a callar su mente y evitar todo tipo mensaje desalentador. En cuarto, detenerse y respirar profundamente. En quinto, razonar, hacerse preguntas, como las siguientes: ¿es lógico que me altere de esta manera? ¿Es verdad lo que acabo de escuchar, es de fuente segura, me hace algún bien esta información?
Ejercicio. Busque la manera de llevar oxígeno a su sangre. No importa el espacio con el que cuente, alguna actividad física puede hacer. No se limite pensando que si no tiene tal o cual herramienta con la que cuenta en el gimnasio, no podrá hacer nada. Usted sabe que eso es mentira y que con sólo hacer zancadillas, abdominales y pechadas, está haciendo bastante por su salud mental y física.
Meditación. Lo que hace la meditación en nuestros cuerpos está muy estudiado a día de hoy y todo lo que dicen los estudios es maravilloso. La meditación produce salud en todos los niveles. Este será un buen momento para comenzar a hacerlo. Busque videos instructivos en YouTube, lea libros al respecto y comience a meditar de a poco, alimentando lo bueno, los mensajes de bien y esperanza.
Grupos de apoyo. Quédese en la red social y en el grupo que le dé verdadero apoyo y aléjese de esos en los que sólo se transmite miedo y desesperanza, en especial si, a fin de cuentas, se contagia de la enfermedad.
Diario o blog. Comience un diario o un blog, o dele continuidad a uno que ya tiene. Titúlelo, por ejemplo, Diario de Cuarentena, y comience a escribir todo lo que va viviendo durante las próximas semanas.
Espiritualidad. Acérquese a Dios, si cree en él; al Espíritu Universal, si es su preferencia. No importa la denominación de su fe, recupérela y hágala crecer. La fe, la confianza en algo superior y bueno, reconforta en tiempos como estos.
Aprendizaje. Aprenda algo nuevo o siga aprendiendo eso que ya comenzó y tiene abandonado. Un idioma o un hobby, vuelva a ellos y dedíquele unos minutos al día, porque dispondrá de suficiente tiempo en estos días de cuarentena.
Buen humor. Las personas que tienen buen sentido del humor suelen ganar en los asuntos de salud. El humor nos fortalece, nos llena de buena vibra, de energía saludable que se contagia con facilidad. Algo con nombre raro, como el de neurotransmisores, que son un conjunto de sustancias químicas que liberan nuestras células, se desplaza por nuestro torrente sanguíneo. Hay más de cien, lo que hace de nuestro cuerpo uno de los laboratorios más fecundos del planeta, si no el que más. Pues bien, cuando nos reímos, nuestro cuerpo libera un número largo de sustancias que nos hacen más felices y saludables que aquel que anda amargado y quejándose de todo. Si vamos a ver alguna película, que sea una que nos haga reír, ahora más que nunca. El buen humor no lo podemos confundir con el arrebato trágico de burlarnos de los demás, de hacer del virus que ahora nos azota una excusa para dañar. Buen humor y mala educación son cosas muy distintas. Mientras el buen humor hace que nos fijemos en nosotros para no tomarnos tan en serio, el mal educado busca defectos en los demás o en su sufrimiento para catapultar una ofensa.
No hacer nada. Así es. Este un tiempo perfecto para abandonar agendas, para desprendernos del yugo del hacer, del estrés, de la adicción enfermiza al plan delineado por horas, por lo que pueden relativizarse muchas de las recomendaciones dadas más arriba. Vamos a relajarnos y ya. Sembrarnos como plantas a ver el sol y a beber su calor. Simplemente estar. Simplemente ser. Eso es suficiente por ahora. La compulsión por el hacer es tan preocupante como el virus, pero estamos acostumbrados, como inmunizados y no la cuestionamos. Una nueva preocupación sacude las mentes mucha gente: Y ahora, ¿qué hago? ¿Cómo voy a entretener a mis hijos? ¿Qué haré con esposa o esposo? Nos cargamos con tantas preocupaciones…, como si no nos bastaran los motivos que la vida sola nos trae. Siéntase orgulloso cuando, al salir de esta cuarentena, si alguien le pregunta qué hizo y cuánto hizo, usted pueda responder que nada, que estar quieto como una foto y ser feliz.
Sin más, por el momento, les deseo lo mejor, salud y felicidad plenas.
Gracias Dennis, muy valiosas tus palabras.
Excelente!!!